domingo, 27 de marzo de 2011

Vives en mi....


No sé si porque adoro cuando naces entre las notas de un piano, si es por cada bemol que me estremece, o por cada sostenido que me aturde, o si simplemente soy yo...




O si es por las sensaciones que me transmites cuando rasgas las cuerdas de una guitarra, o cuando los acordes se funden con tu melodía, o cuando cada marca de tiempo se confunde con el latido de mi corazón....
Pero no sé que haría sin ti...


domingo, 20 de febrero de 2011

Mi paraiso.

No pasa un día en que no estemos, ni un solo instante, en el paraiso. Y yo tengo una forma muy peculiar de recordarlo, un día cualquiera, en un sitio común y en una situación de lo más cotidiana, yo, por un instante, estuve en el paraiso.
Era una tarde fría de Enero, íbamos camino de una pastelería, teníamos hambre y nervios, ya que nuestra actuación empezaría en menos de una hora y queríamos cojer fuerzas, entramos a una panadería que no tenía mala pinta y esperamos a que la gente acabase de comprar sus cosas. De pronto se escuchó la campana de la puerta, había entrado un grupo de chicas, muy monas todas, pero, en principio, nada del otro mundo, sí que había una con una belleza superior a la de las demás, pero ya os digo, nada fuera de lo normal. Pedimos nuestra merienda y cuando nos íbamos les pregunté al grupo de chicas que dónde podía comprar un paquete de tabaco, pues con la merienda calmaría el hambre, pero no los nervios, y una de ellas, la más guapa, me miró a los ojos, a partir de ese instante no comprendía nada de lo que me decía, simplemente asentía, nada más, ¿por qué? Os preguntaréis... En el mismo instante en el que me miró, sus ojos me transportaron a otro mundo, me hicieron perder la noción entre el espacio y el tiempo, me paralizaron y no podía más que afirmar con la cabeza constantemente.
Fueron sus ojos, unos ojos grandes, unos ojos que emitían una luz azul procedente de su más profundo interior. Como la luz que emite la luna, me iluminó en aquella oscura tarde de Enero, y cuando vi que sus labios ya no se movían, que ya había acabado de decirme a donde podía ir, me despedí de ella con el adiós más doloroso que jamás haya dado, pues el paraiso cuesta de abandonar, y, por un instante, me gustaría volver a estar.

martes, 1 de febrero de 2011

Como una espinada rosa negra.

Esta sensación que me recorre todo el cuerpo cuando te veo es inexplicable, hace poco que te vi entre todas las flores de este matojo de rosas, pero tú destacabas, eras nueva, pero con algo especial, algo que te hacía distinta a todas las demás que te rodeaban, me fijé en ti por que me asombró el destello de luz que reflejaban tus oscuros pétalos, que se diferenciaban de los rojos corrientes de las demás, unos pétalos que embrujarían la mirada de cualquier ser al instante, pues tú, mi rosa negra, me embrujaste al mirar ese pelo tan oscuro, como el que mira el pétalo de una rosa negra, tu voz me sedujo en el mismo instante en que la escuché, fue como escuchar una canción angelical saliendo de tus labios, unos labios carnosos que pedían a gritos que les besara, unos labios que sin decir una mísera palabra, conseguían hacerme perder el sentido, eras joven, demasiado quizás, pero quería que fueras mía, quería que te separaras de esas flores que te hacen parecer menos brillante, y hacer que destacaras a mi lado, porque yo, una simple margarita, que se deshoja poco a poco a medida que pasa el tiempo, un diente de león que se desvancece con un soplo de viento, yo, a tu lado, soy menos que nada, y quería que destacaras por encima de todo, por encima de todas, e intenté agarrarte, arrancarte de ese ramo, pero, ¡dichosa mi estampa! ¡La única rosa casi perfecta! ¡La unica a la que un defecto se le detecta! Estabas espinada, me pinchaste la mano como también el corazón, y de haberme embrujado, ahora, me tienes envenenado, estoy dolorido, solo tú tienes la cura para mis dos heridas, solo tú sabes como evitar que esto siga, y espero que se te caigan pronto las espinas para poder arroparte, por que aunque me duela, aunque se me estaquen las espinas en mi torso, aunque tenga que sufrir como nadie nunca ha sufrido, yo, te prometo, que algún día, te abrazaré.

sábado, 29 de enero de 2011

Perfección divina.

Estube viviendo en una espiral de mentiras, quise sentir cosas que no puedo, creí sentir cosas que no quiero y llegué a pensar que esto no está tan mal, pero no me puedo engañar a mí mismo, por mucho que intente engañarme no pensando en ella, vivo enamorado de un ideal de una belleza imposible, de una perfección tan radiante que iluminaría la más densa oscuridad, un pelo castaño, ondulado, que emita luz propia, que cada instante que lo mire me haga vibrar todo el cuerpo y me haga temblar de placer, una mirada fría a la vez que acojedora, una mirada impactante, unos ojos grandes y azules que hagan que me vaya, que me transporte, a un universo paralelo en el que solo estamos ella i yo, que su mágica mirada me haga estremecer y haga que solo me pueda fijar en ella, cuando me mira, su cuerpo, tan perfecto y bello, levita, flota hacia a mí, intentando seducirme, pero cuando lo intento tocar se va, huye, se marcha... Intento que no me entren más ganas de tocarla, símplemente para poder verla, me resulta difícil, muy difícil, pero cuando lo consigo me quedaría mirando su perfección durante días, pero por desgracia ella siempre se va, se va cuando despierto, y solo quiero volver a soñar, soñar con ella, soñar que la veo y que la tengo cerca, soñar que sus labios rozan mi cuerpo y mi boca y soñar que la beso, que la toco, soñar que es mía, pero vuelvo a despertar.

Ella en conjunto es tan bella, tan perfecta, que solo envidia a quien no la envidia, porque cree que la que no la envidia es porque es más perfecta que ella, pero se equivoca, ella es más bella, más preciosa y perfecta, ya que a parte de perfecta, es lista y humilde, a diferencia de las otras, ella no cree que sea tal y como la describen, por eso envidia a las demás, pero ella en verdad es un ser tan bello que la consideran un ser ancestral, una Diosa mística que ha reencarnado en un cuerpo de mortal, y, qué queréis que os diga, me he enamorado de algo tan irreal, como real, algo que tengo tan cerca y a la vez tan lejos, y solo siento que quiero verla cada día, cuando ella me susurra al oído solo quisiera abrazarla, pero nada, todos mis intentos son en vano, ella siempre estará distante de mí, aunque, prometo que, por mucho que me cueste, algún día mi sueño se hará realidad, y, por fin, ella, sera mía. 

martes, 25 de enero de 2011

Después de mi gran ausencia, vuelvo a la razón de mi existencia.

Y van casi dos meses sin escribir ni una sola palabra, ni una sola frase, os digo la verdad, no me han faltado ganas, no me ha faltado tiempo, escribía, ¡claro que escribía! Pero escribía frases sin sentido, frases caótica, frases que ni siquera yo las entendía, escribía cosas tristes, cosas amargas, lúgubres, coas que me hacían pensar que yo en realidad no era así, y decidí no escribir nada si no era alegre, decidí no publicar nada que no fuera divertido y que transmitiera simpatía, y desde hace unos días hasta hoy pensé que mis esfuerzos eran en vano, que mi vida había sido, era y sería un sinfín de desgracias, e incluso muchas veces aún lo sigo pensando, y esque día a día habrá gente que nos decepcione y gente que nos alegre, gente que nos emocione y gente que nos despierte, y en esas ocasiones, las ocasiones que veo que algo va a ir mal, que veo que algo no tiene solución, solo entonces, es cuando desearía tener alas, poder volar y escaparme a un lugar donde nunca nadie haya llegado, pensar en mis cosas y desear que nada sea así, pero en ese momento de meditación desperé, abrí los ojos y vi más allá de donde llega la vista, vi que no hay por qué pensar en lo malo, que por cada palo que te da la vida hay mil razones para doblegarlo, puede que haya días en los que ese garrotazo sea más fuerte que en los otros, pero la vida no es de color rosa y hay que asumir la realidad, y ser feliz con lo que uno tiene, no hay que intentar que todo vaya sobre ruedas y cargar uno mismo con el peso de todos, simplemente, ¡déjate llevar! ¡Disfruta como tú sabes! Que si tú no haces nada, no tiene por qué pagarlo contigo la gente, no pienses en porqué te habrá hablado mal, o en porqué ni siquiera te mira, piensa que, si no lo hace será por un mal día, o por que no es como tú pensabas que sería, pero al fin y al cabo, tú no tienes la culpa, y tienes que demostrárselo, levanta la cabeza, pisa fuerta y sigue adelante, por mucho que duela perder a tu chica, a un amigo, o sentir que te enamoras de la persona equivocada, segúramente será porque no está escrito en tu destino que acabes tus días con esa persona, así que vive la vida, deja que el tiempo fluya, que él ya pondrá cada cosa en su lugar.
 Hoy he recibido uno de los peores palos de mi vida, no se como, tampoco porqué, ni cuando, solo sé que en darme cuenta de lo que ha pasado me ha dolido, aunque no me he preocupado, pues algo peor le habrá pasado para actuar así, y esque la vida nos enseña que las demás personas también tienen sentimientos, y que no sólamente tú sufres, los demás también lo hacen, y, si tú ,cuando estás dolido, eres diferente con ciertas personas, no tienes porqué pedir explicaciones a las demás, porque, como dice un viejo refrán, ''no hagas, lo que no quieras que te hagan, pues la gente es sabia y paga con tu misma moneda'', así que, ¿con qué moneda vas a pagar tú a partir de ahora? Yo lo tengo claro, con la moneda de la sonrisa, pues no hay nada que me alegre más el día que una gran sonrisa.

martes, 28 de diciembre de 2010

Como el vuelo de un águila. Libre.

Siento un gran vacío en mi interior, como si un agujero negro se intentara apoderar de mi corazón, como si mi alma se hubiera consumido como la ceniza de un cigarro, empiezo a sentirme solo, necesitado de abrazos, necesitado de cosas que nadie me quiere dar, de cosas imposibles, cosas  imaginarias, y siento que cada día que pasa voy a peor, mi estado de emoción está en decadencia, poco a poco va desagregándose en miles y miles de trocitos, hasta que se convierte en polvo, en niebla que acaba esparcida por todo el mundo, y nadie sabe de que se trata, sólo una persona, una persona que es la causante de todo éste dolor, una persona que, aunque no lo quiera admitir, me hace daño, pero, ala vez que me da consuelo, intento evitar estos pensamientos, estas ideas odiosas y repulsivas que me vienen a la cabeza, pero entro en un tipo de espiral, de pozo sin fondo, y caigo, y sigo cayendo, hacia abajo, sin fin, sin tocar el suelo, sin llegar a lo más bajo, esperando darme el golpe de mi vida, esperando que  alguien me haga caso para despertar de éste sueño en el que estoy atrapado.
Creo que cada vez que ella me habla se va a acabar el mundo, de echo, lo deseo con todas mis ganas, desearía huir de aquí, como si la cosa no fuera conmigo, irme a un lugar alejado y extraño donde nadie me conociera, hacer una nueva vida, intentar no cometer los errores que he cometido en esta y conseguir que los que me conocen me echen de menos, que se acuerden de mi, y que me hagan caso, en muchas ocasiones la única solución es acabar consigo mismo, pero en mi ocasión la solución es evadir la realidad, es no hacer caso de nada ni de nadie, vivir la vida a mi manera, y sentir que soy libre, que los demás me sientan libre porque ‘’pueden quitarnos lo que quieran, pero, siempre nos quedará, ¡la libertad!’’.  Porque la libertad que nosotros conocemos, está limitada, nosotros somos libres, en un margen de límites, y la libertad de la que os hablo, no es de la que nosotros, los humanos, gozamos, os hablo de la libertad que desprende un águila cuando alza el vuelo y se eleva hasta lo más alto, libre, apartándose de este sistema que nos destruye, y sintiendo que cada mazazo que pega al aire con sus alas, cada movimiento que hace, cada milímetro que sube, cada segundo en el que se eleva, poco a poco, se va haciendo más y más libre, y, decidme, después de leer esto, ¿de verdad os creéis libres ahora? Yo creo que no...

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Ansias de huir.


Su amor por él comenzaba, de algún modo, a desaparecer. Ella se preocupaba, pues casi un año de relación no es fácil llevarlo bien. Él, despreocupado como es, ni se enteraba de cómo lo estaba pasando, de echo nadie sabía como ella lo estaba pasando, pero él, su chico, ni se lo notaba, ¿cosa rara verdad? Pues él no lo notaba, o hacía como si no lo notara, ella tenía regalos para él, guardados en su casa, por los que él ni siquiera se había preocupado, ella se los había comprado con todo su cariño, como había echo hasta entonces, pero como él pasaba de ella ni se molestó en pensar porqué ella ya no le regalaba nada. A ella eso le molestaba, mucho, tanto que al final optaba por no comprarle nada, y se rayaba, no quería dejarlo porque ella lo amaba, pero no podía vivir de esa manera, necesitaba sentir el cariño de alguna persona, necesitaba que le mimaran, que la besaran apasionadamente y que le hicieran caso, pero nada, no sabía que hacer, lo único que ella quería era escuchar música, música pop, música maquinera, música cualquiera, música al fin y al cabo… Escuchar música y correr, correr muy lejos, con todas sus fuerzas, escapar de la realidad, correr con sus cascos puestos y escapar a otro mundo al ritmo en que la música la llevara, llegar a un destino no escrito en donde sus sentimientos no tuvieran repercusión en su alma, llegar a un lugar donde su corazón fuera de hierro y su mente le ayudara a pensar en como actuar, un lugar donde pudiera abocar sus recuerdos y pensamientos más absurdos, deseaba coger un billete de tren sin destino y sin vuelta, quedarse perdida por el mundo. Quería que nadie la recordara, que todos le hicieran caso y pasaran de ella, sentir que hacía falta en la vida de la gente, pero que nadie la necesitaba, así quería sentirse, adorada y despreciada al mismo tiempo. Quería comer, comer mucho, comer hasta reventar, así ella era feliz, aunque luego se encontrara mal, ella era feliz, con solo un poco de chocolate, dulces o cualquier cosa comestible, ella era feliz.

Un día, pensó que no podía aguantar más y, como su chico se iba de viaje, decidió no hacerle caso, pasar de él a ver si éste le llamaba, o simplemente, se interesaba por ella.
El día que él se iba, quedaron un rato, un rato corto, más bien, fue una despedida, ella le deseó un buen viaje, él le dio las gracias, a la hora del despido… Todo normal, él ni se inmutó en besarla, ella le besó, pero fue un beso corto, él se extrañó, pero no le dio importancia, y se embarcó rumbo a Italia donde le esperaban dos largas semanas.
Los primeros días, el dolor que la chica sentía era insoportable, pero a medida que pasaba el tiempo, su angustia cedía, aunque en Italia las cosas no iban así, él cada día que pasaba sufría más y más, hasta que tuvo que llamarla, ella, fue a ver su móvil, vio que la llamaba y rápidamente se lo cogió, hablaron sobre como lo estaban pasando ambos, en ambos casos mentían, él decía que estaba bien, pasando buenos días y que nada como en Italia, ella, en cambio, solo le decía que lo echaba de menos.

Al volver él de sus vacaciones, ella no tenía ganas de verlo, él estaba ansioso por besarla y la llamó, ella le dijo que ya quedarían mañana que tenía mucho trabajo por hacer y entraban al instituto dentro de poco, él asintió a regañadientes, pero asintió, al día siguiente quedaron, él le había traído muchas cosas de regalo, ella solo una, una nota en la que le decía simplemente, ‘’Adiós, siempre te he querido y siempre te querré’’  la chica se fue del país con sus padres, y él nunca supo nada más de ella y cuando el fin de sus días llegó solamente pidió una cosa, que lo enterraran con unos detalles que se había traído de Italia.