martes, 28 de diciembre de 2010

Como el vuelo de un águila. Libre.

Siento un gran vacío en mi interior, como si un agujero negro se intentara apoderar de mi corazón, como si mi alma se hubiera consumido como la ceniza de un cigarro, empiezo a sentirme solo, necesitado de abrazos, necesitado de cosas que nadie me quiere dar, de cosas imposibles, cosas  imaginarias, y siento que cada día que pasa voy a peor, mi estado de emoción está en decadencia, poco a poco va desagregándose en miles y miles de trocitos, hasta que se convierte en polvo, en niebla que acaba esparcida por todo el mundo, y nadie sabe de que se trata, sólo una persona, una persona que es la causante de todo éste dolor, una persona que, aunque no lo quiera admitir, me hace daño, pero, ala vez que me da consuelo, intento evitar estos pensamientos, estas ideas odiosas y repulsivas que me vienen a la cabeza, pero entro en un tipo de espiral, de pozo sin fondo, y caigo, y sigo cayendo, hacia abajo, sin fin, sin tocar el suelo, sin llegar a lo más bajo, esperando darme el golpe de mi vida, esperando que  alguien me haga caso para despertar de éste sueño en el que estoy atrapado.
Creo que cada vez que ella me habla se va a acabar el mundo, de echo, lo deseo con todas mis ganas, desearía huir de aquí, como si la cosa no fuera conmigo, irme a un lugar alejado y extraño donde nadie me conociera, hacer una nueva vida, intentar no cometer los errores que he cometido en esta y conseguir que los que me conocen me echen de menos, que se acuerden de mi, y que me hagan caso, en muchas ocasiones la única solución es acabar consigo mismo, pero en mi ocasión la solución es evadir la realidad, es no hacer caso de nada ni de nadie, vivir la vida a mi manera, y sentir que soy libre, que los demás me sientan libre porque ‘’pueden quitarnos lo que quieran, pero, siempre nos quedará, ¡la libertad!’’.  Porque la libertad que nosotros conocemos, está limitada, nosotros somos libres, en un margen de límites, y la libertad de la que os hablo, no es de la que nosotros, los humanos, gozamos, os hablo de la libertad que desprende un águila cuando alza el vuelo y se eleva hasta lo más alto, libre, apartándose de este sistema que nos destruye, y sintiendo que cada mazazo que pega al aire con sus alas, cada movimiento que hace, cada milímetro que sube, cada segundo en el que se eleva, poco a poco, se va haciendo más y más libre, y, decidme, después de leer esto, ¿de verdad os creéis libres ahora? Yo creo que no...

1 comentario:

  1. MooOl xulii carii..!! jajajja
    Niaura quee furtarte la llibertat isa k tant mola XD jajaj

    ResponderEliminar