El tamaño no importa.

Y e diréis, ¿cómo que no? Pues muy sencillo, cada persona busca la felicidad en cosas grandes, una gran casa, un gran coche, una gran fortuna, y en realidad la felicidad está en las cosas pequeñas, porque no es más rico el que más tiene, sino, el que menos necesita, y si tu solo necesitas cuatro paredes y a esa persona para ser feliz, lo que de verdad te hará ser feliz no será aumentar la grandaria de tu casa, o aumentar tu estatus social, lo que en realidad te hará sonreir serán los pequeños detalles que hacen a esa persona tan especial, desde como se quita el mechon de pelo de la cara, hasta su sutil forma de despedirse, pasando por como se termina su vaso de leche. Y esque no hace falta más que fijarse en los tópicos que hay sobre la felicidad; ¿dónde van a buscar la felicidad los monjes? ''A una gran montaña, y tardan años en encontrarla''. Pues es porque han ido en el momento equivocado, si lo pensais, se trata de el momento de inspiración se trata de un insignificante segundo, de una mísera milésima, si se pudiera estudiar el lugar y el momento de la felicidad se comprovaría, que la felicidad es un corriente que fluye por el mundo y que tienes que tener la suerte de que los fluidos de éste te toquen, cuando esto ocurra, se te llenará el cuerpo de una agradable sensación que te dibujará en la cara una sonrisa y te llenará el cuerpo de vida. Y que cada vez que veas ese mismo instante, cada vez que sientas esas mismas sensaciones dirás: ''soy feliz''.

Firmado: Yo.