sábado, 29 de enero de 2011

Perfección divina.

Estube viviendo en una espiral de mentiras, quise sentir cosas que no puedo, creí sentir cosas que no quiero y llegué a pensar que esto no está tan mal, pero no me puedo engañar a mí mismo, por mucho que intente engañarme no pensando en ella, vivo enamorado de un ideal de una belleza imposible, de una perfección tan radiante que iluminaría la más densa oscuridad, un pelo castaño, ondulado, que emita luz propia, que cada instante que lo mire me haga vibrar todo el cuerpo y me haga temblar de placer, una mirada fría a la vez que acojedora, una mirada impactante, unos ojos grandes y azules que hagan que me vaya, que me transporte, a un universo paralelo en el que solo estamos ella i yo, que su mágica mirada me haga estremecer y haga que solo me pueda fijar en ella, cuando me mira, su cuerpo, tan perfecto y bello, levita, flota hacia a mí, intentando seducirme, pero cuando lo intento tocar se va, huye, se marcha... Intento que no me entren más ganas de tocarla, símplemente para poder verla, me resulta difícil, muy difícil, pero cuando lo consigo me quedaría mirando su perfección durante días, pero por desgracia ella siempre se va, se va cuando despierto, y solo quiero volver a soñar, soñar con ella, soñar que la veo y que la tengo cerca, soñar que sus labios rozan mi cuerpo y mi boca y soñar que la beso, que la toco, soñar que es mía, pero vuelvo a despertar.

Ella en conjunto es tan bella, tan perfecta, que solo envidia a quien no la envidia, porque cree que la que no la envidia es porque es más perfecta que ella, pero se equivoca, ella es más bella, más preciosa y perfecta, ya que a parte de perfecta, es lista y humilde, a diferencia de las otras, ella no cree que sea tal y como la describen, por eso envidia a las demás, pero ella en verdad es un ser tan bello que la consideran un ser ancestral, una Diosa mística que ha reencarnado en un cuerpo de mortal, y, qué queréis que os diga, me he enamorado de algo tan irreal, como real, algo que tengo tan cerca y a la vez tan lejos, y solo siento que quiero verla cada día, cuando ella me susurra al oído solo quisiera abrazarla, pero nada, todos mis intentos son en vano, ella siempre estará distante de mí, aunque, prometo que, por mucho que me cueste, algún día mi sueño se hará realidad, y, por fin, ella, sera mía. 

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